1. Aprende
Dedica unas horas a la semana para informarte y aprender sobre educación financiera. Quizá al inicio te parezca algo aburrido, pero hacerlo te permitirá manejar tus recursos económicos de forma más consciente, responsable y asertiva. Entre otras cosas, aprenderás cómo ahorrar para una meta, cómo y para qué asumir deudas y de qué manera sacarles provecho a tus productos financieros; por ejemplo, cuentas bancarias o tarjetas de crédito.
Lo importante es que al leer contenido sobre educación financiera sientes las bases para una economía personal saludable y te empoderes de todos los recursos que tienes y a los que podrías acceder.
2. Plantea metas financieras
En muchos casos, las metas financieras ayudan a cumplir metas personales. Por eso, uno de los consejos más básicos que podemos darte es que empieces a plantearte este tipo de objetivos. ¿Qué es lo que quieres lograr? ¿Cómo puedes lograrlo? ¿Necesitas dinero para cumplir ese sueño? Así es como encontrarás el camino que debes recorrer para mejorar tu calidad de vida y cumplir todo aquello que te propongas.
3. Planifica y ahorra
El elixir para unas finanzas saludables es el ahorro, por eso hemos hablado de ello hasta el cansancio en otros posts. Según Ipsos, firma especializada en estudios de mercado, después de la inesperada llegada de la pandemia, el 78% de los ecuatorianos reconoció que el ahorro es una prioridad y ya sabemos por qué. Revisa tu presupuesto, actualiza tus gastos, toma decisiones y empieza a planificar tu ahorro. A mediano/ largo plazo tendrás una fuente segura de dinero extra que podrás usar para cumplir metas o afrontar emergencias.
4. Gestiona bien tus deudas
Las deudas pueden mejorar tu calidad de vida o hundir tu economía. Por eso, una buena gestión de ellas es sumamente importante para sanar tus finanzas y cumplir tus metas sin frustraciones. Antes de aceptar o solicitar una nueva deuda, asegúrate de que tu capacidad de endeudamiento te lo permite, escoge un método de pago para salir de otras cuentas pendientes anteriores y asegúrate de que la tabla de amortización se adapte a la realidad de tus finanzas.
Además de aprovechar los beneficios de una deuda sana, tu historial crediticio irá creciendo con una buena calificación.
5. Gasta a consciencia
Entendemos que gastar en aquello que te gusta puede terminar en un sentimiento de culpa o que, a veces, pueda que te excedas sin siquiera darte cuenta. Para tu tranquilidad, esto lo vamos a cambiar ahora mismo con una técnica que se llama gasto consciente. Para ello, debes categorizar tus gastos, automatizar tus pagos, reservar un porcentaje de tus ingresos para esos gustitos personales y, finalmente, darle seguimiento a tu registro de entrada y salida de dinero cada cierto tiempo.