La diversificación de las economías rurales y su conexión con mercados dinámicos son factores clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible 1 (Fin de la pobreza), 2 (Hambre Cero) y 10 (Reducción de las desigualdades). Esta necesidad se ha intensificado a raíz de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, tras la cual es necesario reconstruir y transformar las cadenas del sistema agroalimentario.
En la región, esta iniciativa ha estado ligada a experiencias de turismo rural en curso, aprovechando la conectividad, los recursos y las soluciones digitales para mejorar la promoción y venta de servicios, fomentar la transformación rural, aumentar los ingresos de los hogares y las oportunidades de empleo.
El turismo brinda una oportunidad para diversificar las fuentes de ingresos de los hogares rurales de la región. Antes de la pandemia, esta actividad constituía el 26% del aporte a la generación de valor agregado total en el Caribe y el 10% en América Latina. Además, es imperativo aprovechar los beneficios de conectividad e información que ofrece el acceso a herramientas digitales en las zonas rurales, donde se estima que aproximadamente 77 millones de personas aún no cuentan con las condiciones o habilidades necesarias para utilizar internet.