Por ejemplo, si una tienda que vende ropa tiene que pagar más por los materiales para hacer sus prendas, es posible que no pueda aumentar los precios de venta al público porque los clientes no estarían dispuestos a pagar más.

Entonces, la tienda tendría que encontrar una manera de reducir los costos, por ejemplo, comprando materiales más baratos.

Pero si todos los proveedores suben los precios, la tienda tendría que buscar otras opciones, lo que no siempre es fácil.

Además, cuando la inflación sube, el dinero que tienen las personas pierde valor.

Por ejemplo, si una persona tiene 100 dólares ahorrados y hay mucha inflación, es posible que con esos 100 dólares no pueda comprar lo mismo que antes. Entonces, es probable que esa persona tenga que buscar productos más baratos para poder comprar lo que necesita, lo que afecta a las empresas que venden productos más caros.

Estas son algunas recomendaciones que los empresarios deberían de tomar en cuenta ante este fenómeno según el Observatorio MYPE:

Evaluar los impactos

Lo primero que se debe hacer es realizar un análisis de las cifras sobre los impactos, ya que, a pesar del incremento en los costes, se pueden fomar medidas para anticiparse para disminuir el efecto en la rentabilidad del negocio. Analice como reducir costos al máximo

Medir en donde invertir

También hay que replantearse los proyectos de inversión, ya que debido a la inflación estos pueden perder su sentido. Esto puede llevar a dos acciones concretas liquidar las inversiones de la manera más ordenada posible o realizar algún cambio para evitar perder dinero que podría utilizarse en alguna inversión que retribuya económicamente.

Cuide como se endeuda

Se deben balancear las deudas y evitar que se generen más debido a que esta limitaría las posibilidades de refinanciamiento de la empresa. Aunque a primera vista, un endeudamiento puede parecer ventajoso en tiempos de inflación, lo cierto es que esto dificulta la refinanciación de la empresa. Además, una de las posibles consecuencias de la inflación es un aumento en la tasa de interés de los préstamos, por lo que a largo plazo puede convertirse en un problema más.