Lunes, 09 Agosto 2021 18:46

El FMI indica una reducción del ingreso per cápita de un 6,3% en países emergentes

Escrito por Evelyn Alas

El Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que la pandemia ha reducido el ingreso per cápita en un 2,8% por año en las economías avanzadas, con respecto a las tendencias previas a la pandemia en el período 2020 y 2022, en comparación con la pérdida per cápita anual del 6,3% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo (excluida China).

Estas revisiones reflejan en gran medida la evolución de la pandemia ahora que la variante delta es dominante. Cerca del 40% de la población en las economías avanzadas ha recibido la vacunación completa, en comparación con el 11% en las economías de mercados emergentes y una fracción mínima en los países de bajo ingreso. El avance de la vacunación a un ritmo más rápido de lo previsto y la vuelta a la normalidad han dado lugar a revisiones al alza, mientras que la falta de acceso a las vacunas y las nuevas olas de COVID-19 en algunos países, especialmente en India, han provocado correcciones a la baja.

Los shocks que sigue provocando la convulsión del año pasado plantean desafíos singulares. La demanda reprimida y los cuellos de botella en las cadenas de suministro están empujando los precios al alza. Sin embargo, se prevé que en 2022 en la mayoría de las economías avanzadas la inflación se reduzca hasta sus márgenes previos a la pandemia por las razones siguientes:

En primer lugar, una fracción importante de las mediciones inusualmente elevadas de la inflación es transitoria, atribuible a sectores afectados por la pandemia como los viajes y la hotelería, resultante de la comparación con las mediciones inusualmente bajas del año pasado, por ejemplo, de los precios de las materias primas. 

En segundo lugar, las tasas de empleo globales se mantienen muy por debajo de los niveles previos a la pandemia en la mayoría de los países y si bien los salarios han aumentado a un ritmo rápido en algunos sectores, el crecimiento de los salarios globales permanece dentro de los rangos normales. A medida que mejoran los indicadores de salud y expiran las medidas excepcionales de apoyo a los ingresos, se espera que las dificultades de contratación en algunos sectores disminuyan.

En tercer lugar, las expectativas de inflación a largo plazo (según las encuestas y los indicadores basados en el mercado) siguen bien ancladas, y algunos factores como la automatización que han reducido la sensibilidad de los precios a los cambios en la capacidad ociosa del mercado laboral probablemente se hayan intensificado durante la pandemia.

Sin embargo, esta evaluación está sujeta a una gran incertidumbre debido a la naturaleza desconocida de las recuperaciones. Las perturbaciones de oferta más persistentes y el fuerte aumento de los precios de la vivienda son algunos de los factores que podrían contribuir a una inflación persistentemente elevada. Además, se prevé que la inflación se mantenga elevada en 2022 en algunas economías emergentes y en desarrollo, debido en parte a las continuas presiones sobre los precios de los alimentos y las depreciaciones cambiarias, lo que generará otra brecha más.

Si bien el acceso más generalizado a las vacunas podría mejorar las perspectivas, los riesgos en general se inclinan a la baja. La aparición de variantes muy infecciosas del virus podría descarrilar la recuperación y reducir el PIB mundial en US$ 4,5 billones en términos acumulados de aquí a 2025. Las condiciones financieras también podrían endurecerse abruptamente en un contexto de tensiones en las valoraciones de los activos si se produce una revaluación repentina de las perspectivas de la política monetaria, especialmente en Estados Unidos. También es posible que el gasto en paquetes de estímulo en Estados Unidos sea más débil de lo esperado. Un empeoramiento de la pandemia y el endurecimiento de las condiciones financieras infligiría un doble golpe a las economías de mercados emergentes y en desarrollo y afectaría gravemente su recuperación.