Una vez estén vigentes los 84 artículos avalados por los legisladores en la sesión plenaria número 75, el organismo encargado de extinguir incendios y auxiliar a la población en otro tipo de siniestros será independiente, ya que dejará de ser una dependencia del Ministerio de Gobernación y Desarrollo Territorial.

Con la aprobación de la nueva Ley, los diputados le están brindando a la entidad de ayuda humanitaria las herramientas necesarias para desempeñar sus funciones de manera eficaz, elevando así los estándares de calidad del servicio que presta a la población. También le permitirá mejorar su capacidad de respuesta ante cualquier emergencia.

La creación de la normativa además impulsará el trabajo que realiza el Cuerpo de Bomberos, que por más de 25 años estuvo regido por una Ley desactualizada (vigente desde el 7 de abril de 1995), que no contemplaba la modernización de la institucional ni mejoraba las condiciones en las que el personal realizaba sus tareas.

La prohibición del cobro del 5% de interés a la población

Además, los parlamentarios admitieron la omisión del incremento del 5% al interés del costo de los seguros en los créditos hipotecarios, médicos, vehiculares, entre otros, a la población en general.

Por lo que este monto será asumido por los sujetos pasivos, es decir las sociedades de seguros con las que se contrata, extiende, renueva o se modifica una póliza, tal como lo dicta el artículo 43 de la nueva normativa aprobada.

Para ello y para proteger el bolsillo de los salvadoreños, la parlamentaria Suecy Callejas solicitó agregar el inciso segundo a dicho artículo que dicta: “Se prohíbe a las sociedades antes mencionadas trasladar el cobro del 5% de impuesto ad valorem a las personas naturales o jurídicas que contraten los seguros que emitan el hecho generador”.

La Defensoría del Consumidor (DC) será el ente contralor de que sea así y ese incremento no recaiga en las personas que adquieren este tipo de fianzas de protección.

Es necesario brindar los fondos requeridos para que no encontremos un cuerpo de bomberos que ni siquiera tiene los uniformes adecuados para poder ir a apagar un incendio.