Esta es la segunda agencia de evaluación de riesgo que reduce la calificación del país, en las últimas semanas por las crecientes necesidades de financiación para cubrir las brechas presupuestarias y pagar la deuda de US$800 millones que se vencen en enero de 2023.
De acuerdo con S&P, las nuevas calificaciones crediticias de riesgo soberano de largo plazo en moneda local y extranjera son "CCC+" de un "B-" previo y "la perspectiva es negativa".
Mientras que las calificaciones crediticias de corto plazo en moneda local y extranjera quedaron en "C" de un "B" previo.
La agencia sostuvo en su comunicado que "Sus calificaciones de “CCC+” para El Salvador se basan en sus vulnerabilidades fiscales y de deuda externa y su dependencia de condiciones económicas favorables para cumplir con sus compromisos financieros".
Añadió que "las elevadas necesidades de financiación del Gobierno Central y su gran dependencia de la deuda interna a corto plazo han exacerbado el riesgo de refinanciación en medio de opciones de financiación cada vez más reducidas".
La institución indicó que esta calificación a la baja refleja "las debilidades institucionales del país, reflejadas en la dificultad de larga data para predecir las respuestas políticas futuras en medio de controles y equilibrios deficientes".
La calificación ‘CCC’ indica que la capacidad del emisor o emisión para cumplir con sus obligaciones financieras es muy baja. Los emisores o emisiones con esta calificación, actualmente sugieren una alta probabilidad de incumplimiento.
Las escalas entre AA y CC pueden tener un signo (+) o (-), que indica si la calificación se aproxima a la categoría inmediatamente superior o inferior, respectivamente.