Como primer punto, es importante conocer cuánto dinero se tiene y dónde está. Al conocer esta información, ya se puede empezar a hacer planes de gasto y ahorro a futuro.

Pero antes de empezar a guardar dinero, hay que saber cuánto se puede guardar; Por esta razón se debe de comparar el ingreso promedio al hogar, con el promedio de pagos mensuales para saber cuál es el capital disponible que se puede usar para ahorrar.

Lo siguiente que se puede hacer, para poder tener una mejor situación financiera es adoptar cambios en la forma en que se gasta el dinero diariamente. El tipo de transporte que se toma, las comidas extra que se consumen, los objetos innecesarios que se adquieren y todo aquel gasto pequeño que reduzca lentamente el presupuesto del día debe de ser eliminado.

Pero estos cambios de igual forma, se pueden realizar acompañado de amigos o familiares cercanos con los cuales se puede compartir metas en común o que antes de realizar una mala transacción, adviertan del error que se está cometiendo.

Controlar los gustos es otra vía para salvaguardar los fondos personales, ya que a veces los pensamientos de “me lo merezco”, “Para esto trabajo” pueden dejar arrepentimientos posteriores, los cuales aparecerán cuando se descubra que el costo de cumplir un capricho fue demasiado alto.

Otra forma de controlar los impulsos puede ser: tomarse 15 minutos de tiempo para pensar en lo que se quiere adquirir. Hay que recordar que no todo lo que se ve, es necesario, hay cosas que después se quedan agarrando polvo en la casa y significan perdidas casi irreparables para el presupuesto personal.