Se prevé que en América Latina y el Caribe el crecimiento disminuya de 3,9% en 2022 a 1,9% en 2023, si bien esto refleja una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales con respecto a abril, y que se sitúe en 2,2% en 2024. El descenso entre 2022 y 2023 obedece a la reciente moderación del rápido crecimiento registrado en 2022 debido a la reapertura tras la pandemia, así como al descenso de los precios de las materias primas.
El nivel general de inflación mundial desciende de 8,7% en 2022 a 6,8% en 2023 y 5,2% en 2024. Se proyecta que la inflación subyacente (básica) disminuya de forma más gradual, habiéndose revisado al alza los pronósticos para la inflación en 2024.
Para institución internacional las fuertes necesidades de financiamiento externo a corto plazo están poniendo a prueba la capacidad de servicio de la deuda de un gran número de economías de mercados emergentes y países de ingreso bajo. Los diferenciales soberanos siguen estando en niveles históricamente altos, lo cual dificulta el acceso al mercado para muchas economías que dependen del endeudamiento a corto plazo.
El FMI indica que la inflación podría seguir siendo elevada e incluso aumentar si se producen nuevos shocks, como los derivados de un recrudecimiento de la guerra en Ucrania y eventos meteorológicos extremos, que inducirían una política monetaria más restrictiva. La turbulencia en el sector financiero podría retornar conforme los mercados se adaptan al nuevo endurecimiento de la política por parte de los bancos centrales.