Los flujos de remesas a América Latina y el Caribe aumentaron un 11.3% hasta alcanzar los US$145 000 millones en 2022, con la ayuda del sólido mercado laboral estadounidense.
El crecimiento de las remesas varió ampliamente según el país, con un incremento del 50% en Nicaragua, un 18% en Guatemala, un 17.8% en Honduras y un 9.7% en Colombia. Se prevé que en 2023 las remesas aumentarán un 3.3%.
Sin embargo, considerando que las perspectivas están estrechamente vinculadas a lo que ocurra en la economía de EE. UU., que se está desacelerando, los riesgos se inclinan a la baja.
El costo de enviar US$200 a la región ascendió, en promedio, al 5.8% en el cuarto trimestre de 2022, en comparación con el 5.6% registrado el año anterior.
En esta edición también se revisa al alza el crecimiento de los flujos de remesas del año pasado, que aumentaron un 8% hasta alcanzar los US$647 millones.
En el período posterior a la pandemia de COVID-19, en el que el crecimiento económico ha sido menor y ha habido menos inversiones extranjeras directas, las entradas de remesas han adquirido más importancia para los países y los hogares, dada su resiliencia como fuente de financiamiento externo, en especial para los países de ingreso bajo y mediano con un nivel de deuda externa elevado.