En ese sentido el epicentro de esta situación reside en las cifras recién publicadas de China. Datos recientes señalan una ralentización en el crecimiento de su producción industrial y un notorio declive en la inversión de su sector inmobiliario.
Estos metales son muy importantes a la hora de construir viviendas, centros comerciales, edificios para oficinas o apartamentos, los cuales podrían sufrir presiones persistentes, debido a estas circunstancias. Sin embargo, hay esperanzas de que políticas favorables puedan evitar caídas excesivas.
A pesar de los esfuerzos de Pekín por recortar tasas de interés y revitalizar la actividad económica, los analistas sugieren que es necesario más apoyo.
Mientras tanto, otros metales también han reflejado la tendencia del cobre. El aluminio cayó un 0.1%, al igual que el níquel, que alcanzó su nivel más bajo desde julio de 2022.
Por otro lado, el zinc y el estaño también experimentaron descensos, reafirmando la preocupación sobre la demanda y el futuro de la minería a nivel mundial.
En conclusión, la minería, un pilar en la economía global, está siendo afectada por las decisiones y las circunstancias del gigante asiático. La comunidad internacional debe estar atenta y preparada para adaptarse a estos cambios.