La proyección correspondiente a 2022 no ha variado desde la última estimación, realizada en julio, pero la del año que viene se ha recortado en 0.2 puntos porcentuales.
La desaceleración mundial será de base amplia, y la proyección para 2023 es inferior a la mitad de la expansión de 6% registrada el año pasado.
Se estima que los países que representan aproximadamente un tercio de la economía mundial registrarán durante dos trimestres consecutivos una contracción del producto interno bruto real este año o el próximo.
Asimismo, las perspectivas están plagadas de incertidumbre. Según nuestros cálculos, existe una probabilidad de 25% de que el crecimiento mundial se sitúe por debajo de 2% el año que viene, y de 10% a 15% de que quede por debajo de 1%.
La desaceleración de 2023 tendrá una base amplia, con países que representan alrededor de un tercio de la economía mundial a punto de contraerse este año o el próximo.
Las tres economías más grandes, Estados Unidos, China y la zona del euro seguirán estancadas. En general, los shocks de este año reabrirán heridas económicas que solo se curaron parcialmente después de la pandemia.
Las crecientes presiones sobre los precios siguen siendo la amenaza más inmediata para la prosperidad actual y futura al reducir los ingresos reales y socavar la estabilidad macroeconómica. Los bancos centrales ahora están enfocados con láser en restaurar la estabilidad de precios, y el ritmo de endurecimiento se ha acelerado considerablemente.