Martes, 24 Agosto 2021 23:04

La tecnología puede dar protección económica a los más vulnerables en América Latina y el Caribe

Escrito por Evelyn Alas

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), La realidad de los trabajadores de todo el mundo era bien distinta cuando, allá por el siglo XIX, se diseñaron los fundamentos de los sistemas de seguridad social que hoy rigen en países como los de América Latina y el Caribe.

El mundo ha cambiado a un ritmo acelerado, especialmente en las últimas décadas, y por eso uno de los grandes desafíos que enfrenta la región consiste en adecuar los sistemas de protección social para la realidad actual. Esto es primordial, además, porque la región enfrenta un proceso imparable de envejecimiento de su población.

“Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones más desiguales del mundo. También, una de las regiones que más va a envejecer. Por ello, se buscan nuevas soluciones para la protección económica de los más vulnerables. Así, la convergencia entre las nuevas tecnologías y la economía del comportamiento es una de las avenidas posibles para solucionar este tema, que va a ser urgente en los próximos años y que hoy es una deuda social”, subraya Marcelo Cabrol, gerente del Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo.

En esta incesante búsqueda de soluciones innovadoras, el Laboratorio de Ahorro para el Retiro del BID, lleva cuatro años experimentando con el potencial que ofrecen las tecnologías y, junto con los aprendizajes de las ciencias del comportamiento, está incentivando a que los países de la región continúen buscando esa vuelta de tuerca necesaria para actualizar la seguridad social y conducirla al siglo XXI.

Estas plataformas digitales, que son muy útiles para promover una elevada bancarización y alfabetización digital, se presentaron como las mejores aliadas para, en este caso, ofrecer un plan de ahorro voluntario a los conductores de Cabify, una de las plataformas que, como Uber o Didi, ha transformado el sector del transporte en la región.

Si bien el objetivo es que los conductores ahorren a largo plazo para contar con un ingreso en la vejez, en esta intervención se buscó, en un primer lugar, generar un hábito de ahorro y comenzar por construir un ahorro que se pueda utilizar en emergencias.

La pandemia global causada por el COVID-19 ha puesto de manifiesto que muchos trabajadores de la región, en especial los de bajos ingresos y aquellos que trabajan por su cuenta, no tienen ahorros que les permitan enfrentar situaciones adversas. La seguridad social del siglo XXI también debe reconocer esta realidad y ofrecer soluciones innovadoras, que permitan a los trabajadores contar con ahorros para eventos inesperados a lo largo de su vida laboral y también construir una pensión para el futuro. 

La tecnología y la economía del comportamiento convergen para facilitar el ahorro de estos trabajadores. Así lo resalta Brigitte Madrian, decana de la Escuela de Negocios de la Universidad de Brigham Young y una de las investigadoras de referencia que ha prestado su apoyo al Laboratorio: “sabemos que muchos conductores tienen buenas intenciones de ahorrar, pero debido a que es complicado y son impacientes, postergan esta decisión. Con este tipo de soluciones de ahorro tratamos de ayudar a que las personas sean constantes y cumplan con las buenas intenciones que tienen consigo mismas”.