Existen diferentes tipos de fianzas dependiendo de la obligación que se desee garantizar:
Fianzas de crédito: garantizan ante personas morales y fechas establecidas previamente, el pago de un crédito otorgado para la compra de bienes, servicios o de un financiamiento obtenido a través de distintos beneficiarios.
Fianzas judiciales: garantizan el cumplimiento de obligaciones dentro de un procedimiento judicial o de resoluciones jurídicas específicas, solicitadas por particulares.
Fianzas de fidelidad: compensan al patrón del daño patrimonial que pudiera causar uno de sus empleados en sus bienes o bienes de terceros de los que sea responsable legalmente. Sus coberturas son sobre robo, fraude, abuso de confianza y peculado.
Fianzas administrativas: garantizan el cumplimiento de cualquier obligación, válida, legal y de contenido económico, que se realiza entre entidades del gobierno federal o particulares.
Hay 3 personas principales involucradas en una fianza:
El beneficiario: la persona que la solicita porque quiere asegurarse de que no perderá dinero.
El fiado: la persona cuyo servicio o pago está en cuestión; por ejemplo: el arquitecto que va a construir una casa o la persona que pide un crédito o un préstamo de dinero.
El fiador: la persona y/o empresa que dará la fianza, y que garantiza que el fiado cumpla sus obligaciones, de lo contrario, pagará las consecuencias.