Esta estrategia de alzas comenzó a aplicarse en marzo de este año, en un intento por controlar la inflación la más alta en 40 años y la suba de precios, tras la pandemia del coronavirus y en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Para El Salvador, las alzas no afectarán tanto a los sistemas financieros debido que el pasado mes de julio la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), aclaró a través de un comunicado que el alza en las tasas de interés tendrá un impacto focalizado debido a que la banca salvadoreña está sostenida en un fondeo local.
Según datos del Banco Central de Reserva (BCR), los préstamos hasta un año plazo la tasa promedio al 28 de octubre para particulares es de 10.99% y a empresas 6.54%.
En cuanto a los préstamos a más de un año en ese mismo periodo es de 10.87%, a empresas 8.47% y para adquisición de vivienda es de 7.09%.
El banco central estadounidense cumplió con las expectativas de los economistas y la tasa de interés oficial de la mayor economía del mundo pasa a situarse en una horquilla de entre el 3.75% y el 4 por ciento, el nivel más alto desde 2007.
Sin embargo, tras este último anuncio, miembros de la entidad señalaron que permanecen “muy atentos a los riesgos de la inflación”, por lo que las futuras alzas serán en pasos más pequeños y tendrán en cuenta en qué medida dicho endurecimiento “afecta a la actividad económica y la inflación” así como “a la evolución económica y financiera”.