En este espacio, que reunió a algunos presentantes de pequeños y grandes distribuidores, los participantes compartieron su posición en relación con la propuesta presentada el pasado 15 de febrero, que busca la libre recolección y el llenado de los cilindros del gas licuado, mediante la reforma al Art. 8 de la normativa.

De acuerdo con los distribuidores, los argumentos que sustentan la reforma a la ley no coinciden con la forma en que brindan el servicio de distribución y podría afectarlos directamente, encareciendo el servicio de entrega, por lo que se mostraron abiertos a compartir de su experiencia para que exista una mejor comprensión del negocio.

En relación con dos aspectos destacados en la propuesta de reforma sobre el sistema de libre llenado y la falta de elección de los consumidores para escoger el producto de su preferencia, Yubinny Galdámez en representación de los distribuidores reunidos sostuvo:

“A través del color del cilindro, cuando un cliente nos pide uno, es él quien finalmente decide qué marca prefiere ya que conoce las ventajas y diferenciadores que cada una, con esfuerzo, les ofrece. De la misma forma, si al identificar un cilindro con peso inexacto o que está en mala condición, y representa un riesgo para la seguridad de su familia, el cliente puede elegir otra marca”.

El sistema de intercambio y los puntos más sensibles de la reforma

La reforma busca regular el intercambio de cilindros, sin embargo, en la práctica diaria, los clientes son quienes deciden qué marca comprar y los distribuidores venden sin ninguna restricción. Tras vender el gas que el cliente solicita y cuando llega el momento de suplir nuevamente el producto, los cilindros se entregan a las empresas, independiente del color, y sin ningún problema.

Otro aspecto señalado es que, al liberar el sistema de llenado, cualquier empresa podría llenar los cilindros. Según indican, hay experiencias comprobadas en países como Guatemala y Costa Rica en donde se tiene el mismo sistema y como consecuencia, se ha deteriorado el parque de cilindros.

A esto se suma la posible proliferación del trasiego, una práctica cuestionada, así como la pérdida de beneficios que actualmente reciben los consumidores, como la entrega a domicilio sin costo adicional. “Es importante entender que, con un cambio de este tipo, el impacto en el precio será una realidad ya que al cambiar las condiciones en que se entrega un cilindro de gas, será difícil mantener los costos del servicio a domicilio que actualmente brindamos gracias al margen de ganancia extra que las gaseras nos otorgan para entregar beneficios como este. Esto daría como resultado un retroceso para el consumidor ya que tendría que ir directamente a comprar su cilindro a los puntos de venta.” finalizó Galdámez.

Los distribuidores cerraron su intervención reconociendo los esfuerzos que se puedan hacer para mejorar la forma en que los salvadoreños reciben el gas en sus hogares, y haciendo un llamado a los legisladores, pero destacaron la importancia de que cualquier cambio parta de un análisis de la situación, sustentado con estudios técnico que lo respalden.