1. No debe compartir su nombre de usuario, contraseña o código de seguridad con nadie, incluyendo amigos, familiares y desconocidos. Los bancos, nunca le pedirán información confidencial, por ejemplo, contraseñas, número de tarjeta, entre otros.
2. Verifique la dirección del sitio web o del correo electrónico, cuando reciba un mensaje sospechoso y desconfíe de las variaciones sutiles o errores ortográficos que puedan indicar que el sitio o mensaje son fraudulentos, ya que los ciberdelincuentes utilizan tácticas engañosas para imitar remitentes confiables. Un mensaje oficial de una institución financiera en ningún caso sería remitido mediante Hotmail, Gmail, Outlook u otro proveedor de correo electrónico similar.
3. Recuerde ingresar al sitio web de su institución financiera, escribiendo la dirección oficial del mismo en el navegador de su computadora o mediante la aplicación instalada en su dispositivo móvil.
4. No confíe en llamadas telefónicas ni mensajes que afirmen el cierre de una cuenta, con- secuencias legales o solicitudes urgentes de información, debido a que en los intentos de fraude se utiliza el miedo o una sensación de urgencia para provocar una acción inmedia- ta de su parte.
5. Cree contraseñas únicas y complejas, que incluyan por lo menos ocho caracteres entre mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. La contraseña se debe cambiar perió- dicamente y nunca utilice la misma contraseña para ingresar a diversos sitios web o cuen- tas digitales.
Los expertos explicaron que algunas de las situaciones más comunes de riesgo de fraude son: proporcionar información personal o confidencial a desconocidos; descargar archivos no soli- citados recibidos mediante mensajes de texto o correo electrónico; ingresar a links sospecho- sos recibidos mediante mensajes de texto o correo electrónico.
En todos estos casos, el usuario podría estar compartiendo su información confidencial a desconocidos, quienes podrían intentar defraudarlo.
La Asociación Bancaria Salvadoreña y sus bancos miembros, destacaron la importancia de que los usuarios del sistema financiero nunca entreguen información confidencial sobre cuentas y operaciones financieras a nadie para evitar el fraude cibernético.