El levantamiento de fondos de inversión se da en momentos en que El Salvador destaca como el epicentro del Bitcoin al contar con una legislación que permite su curso legal.

“Esta primera ronda de capital semilla nos permite sentar las bases corporativas de una organización que está pensada para expandirse muy rápidamente y nos permite tener el empuje inicial de la visión que perseguimos de ser líderes en el mercado, ofreciendo productos digitales de calidad que conecten a miles de personas a nuevas oportunidades y servicios de inclusión financiera basada en Bitcoin”, afirma Guillermo Contreras CEO de DitoBanx.

El inversor ángel de DitoBanx cuenta con experiencia de más de 10 años en inversiones relacionadas a Bitcoin principalmente en mercados europeos. “Nuestro inversor ángel vio un compromiso serio en nosotros para poder llevar esta visión de construir la estructura financiera de la próxima generación y llegar a otras latitudes”, comenta Contreras.

Esta primera inversión es el inicio de un ciclo de levantamiento de capital. En un período relativamente corto de tiempo se proyecta dar paso a la siguiente ronda de inversión, Serie

A, que permitirá a DitoBanx entrar a mercados con economías de escala como México y Brasil que requieren de fondos bastante significativos. Centroamérica es un mercado importante para DitoBanx; sin embargo, observa oportunidades más cercanas en economías de mayor tamaño que ya han dado pasos muy certeros y concretos respecto al

Bitcoin en Latinoamérica como Colombia, Argentina, México y Brasil. “No perdemos de vista las economías con mayor volumen transaccional alrededor del Bitcoin como Estados Unidos y Canadá”, explica el ejecutivo de DitoBanx.

En términos de competencia DitoBanx visualiza un ecosistema que está naciendo muy saludable y con propuestas de valor y servicios innovadores. “La comunidad Bitcoin se caracteriza por ser muy abierta y colaborativa, hemos apoyado y guiado a otras empresas para que sigan nuestro camino y lo hacemos con total satisfacción.

Hoy los cambios ya no toman 10 años si no que al contrario, la sociedad hiperconectada en la que vivimos permite que un cambio de paradigmas ocurra en 2-3 años máximo”, concluye el joven empresario.