Una mala salud mental puede provocar pérdidas salariales, lagunas en el empleo y un mayor riesgo de mortalidad. Para las aseguradoras de Vida y Salud, esto se manifiesta en el pago de cerca de 15.000 millones de dólares anuales en reclamaciones de seguros de invalidez relacionados con la salud mental. En muchos países, se espera que esta cifra siga aumentando.

Un nuevo informe de la Asociación de Ginebra pone todo esto sobre la mesa y explora cómo las aseguradoras están impulsando sus contribuciones para hacer frente a la crisis de salud mental. El estudio ilustra la magnitud de los problemas de salud mental; examina cómo los seguros de Vida y Salud abordan actualmente la salud mental; y, por último, recomienda cómo pueden aprovechar y ampliar las innovaciones prometedoras para mejorar la asegurabilidad y el estado de las personas que viven con mala salud mental.

«Existe un gran potencial para que las aseguradoras de Vida y Salud amplíen la protección del riesgo para satisfacer las necesidades de la sociedad», concluye el documento.

Jad Ariss, director general de la Asociación de Ginebra, ha declarado: «Las aseguradoras han respondido con prontitud al aumento de las enfermedades mentales catalizado por la pandemia del Covid-19. Lo vemos no sólo en el aumento de las enfermedades mentales, sino también en el aumento de las enfermedades mentales. Las aseguradoras se han comprometido a desempeñar un papel aún más importante. Sin embargo, factores como el estigma social, la no revelación de la enfermedad y el entorno político dificultan que tengan una visión completa del riesgo para la salud mental y tomen las medidas necesarias. Esta es una llamada de atención para que, como sociedad, aceptemos y asumamos la crisis de salud mental, de modo que quienes la sufren puedan obtener la ayuda que necesitan».