Además, el experto comentó que en enero de 2021 la canasta básica urbana costaba US$199.24 y para diciembre de 2022 cerró con US$248.37. En ese mismo período, la canasta básica rural costaba US$141.68 y pasó a costar US$181.54, es decir que aumentó US$39.86.
Los consumidores han percibido un aumento en los alimentos para la zona urbana un 17% y en el área rural un incremento del 22%.
En mayo de 2021, el precio del quintal de maíz costaba US$17.20 y en enero de 2023 está costando US$29.63. El frijol rojo de seda costaba US$56.40 y actualmente cuesta US$107.50 el quintal.
Agregó que las autoridades correspondientes no están atendiendo el sistema alimentario salvadoreño, en el tema de producción de carácter nacional. La nación salvadoreña es 93.6% dependiente de vegetales y hortalizas. Pérez destacó que mientras no exista un cambio en la matriz agropecuaria difícilmente habrá precios bajos.
Enfatizó que los factores externos siguen influyendo, como el caso de la cadena de suministro y la guerra Rusia-Ucrania continúa influenciando la situación económica mundial. Este 2023 los salvadoreños podrían continuar viendo precios altos.
Asimismo, señaló que las 11 medidas que fueron implementadas pudieron contribuir a que la inflación de carácter nacional no se disparara tanto, después de Panamá es la segunda más baja.
La canasta básica alimentaria de El Salvador solo está compuesta por 22 productos, es el país que menos productos tiene en la región.