Mona Haddad, directora global de Comercio, Inversión y Competitividad del Grupo Banco Mundial, señaló: “El comercio es un motor de crecimiento que crea mejores empleos, reduce la pobreza y aumenta las oportunidades económicas”.
Mona agregó que la liberalización del comercio aumenta el PIB y “ha sacado de la pobreza a más de 1000 millones de personas desde 1990”.
Sin embargo, para que estos beneficios se distribuyan de manera más equitativa, el comercio debe ser eficiente, y no siempre es el caso.
La complejidad y la naturaleza interconectada del comercio mundial quedó de manifiesto durante las interrupciones en las cadenas de suministro provocadas por la pandemia de COVID-19. Las demoras en los envíos y la escasez de productos supusieron problemas sin precedentes para muchos exportadores, importadores, empresas y consumidores.
Alina Antoci es especialista sénior en Facilitación del Comercio del Grupo Banco Mundial, agregó que sacar al ser humano de algunos de estos procesos también reduce la corrupción y hace que el acceso a la información sea equitativo y confiable.
Los avances tecnológicos no son la única forma que se utiliza para hacer cambios revolucionarios en el comercio. El comercio mundial genera una enorme huella de carbono, y esto es algo que la empresa de transporte de contenedores más grande del mundo, Maersk, tiene previsto no dejar de abordar.