1-Crear un presupuesto: usted debe contemplar los gastos de primera (alimentos, vivienda, educación, transporte, salud) y segunda necesidad (gustos, ropa, ocio, gastos hormiga), de esta manera podrá destinar la cantidad de dinero adecuada a cada uno.
2- Evalúe la situación del entorno para determinar si hay que hacer ajustes en cada rubro: por ejemplo, si los alimentos suben de precio, tiene que revisar qué se está comprando, dónde, a qué precio, en dónde se podría conseguir más económico.
3. En caso de inflación alta, busque productos de ahorro o de inversión que generen rendimientos más altos de lo normal, pero verifique que no sea una estafa, sino en entidades legales y autorizadas.
4. Aún si bajan las tasas de interés, tenga cuidado con el uso de tarjetas de crédito y préstamos. Siempre compare las ofertas que hacen las entidades bancarias y elija el que le ofrece como mínimo las tasas más bajas.
5-Invertir: Una vez que armes el presupuesto y tengas capacidad de ahorro, el siguiente paso es la inversión. Para ello, existen infinitas opciones, por lo que se recomienda investigar, acudir a un asesor financiero y animarse a probar. Si le dedicás cierto esfuerzo, es posible que consigas resultados sostenibles en el tiempo.