El aumento es el tercero consecutivo de esa magnitud con lo que extiende la política monetaria más agresiva desde la década de 1980 cuando Paul Volcker dirigió al banco central.
La decisión, ampliamente esperada por analistas, eleva la tasa de los fondos federales al rango de 3% a 3.25%, niveles previos que había en 2008 antes de que la Fed comenzará a reducirla para enfrentar la crisis financiera.
En el comunicado posterior a la decisión, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) insistió en que está "muy atento a los riesgos de inflación" y reiteró que anticipa que "los aumentos continuos" serán apropiados. Nuevamente, reiteró que está "fuertemente comprometido con regresar a la inflación a su objetivo del 2%".
Los funcionarios de la Fed esperan que la tasa aumente al 4.4% para fin de año y a 4.6% durante 2023, según la estimación mediana en las proyecciones trimestrales actualizadas publicadas junto con el comunicado, reseñado por Bloomberg.
Estos pronósticos indican que en la reunión de noviembre podría haber un nuevo aumento de 75 puntos básicos. Más adelante, se espera que disminuyan al 3.9 % en 2024 y al 2.9 % en 2025.
Una decisión esperada
Los miembros del banco central ya venían advirtiendo que continuarían con los incrementos en los tipos de referencia e incluso su presidente, Jerome Powell, aseguró que las decisiones causarían "cierto dolor" a los consumidores.
Powell intenta dirigir a la economía hacia un "aterrizaje suave", que combine una menor inflación con un mercado laboral que se mantenga sólido sin infligir fuertes daños a la economía.
La serie de datos económicos que se conocieron en los últimos meses habían mostrado que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) todavía tiene
trabajo por hacer. El Índice de Precios al Consumidor aumentó en agosto un 8,3% respecto del año anterior, más de lo que esperaban en su momento los analistas del mercado.